Restaurant Barra Alta Barcelona

Maca Acevedo • Google

En el corazón de Barcelona, Barra Alta sorprende con una propuesta gastronómica reconocida por la guía Michelin, donde cada plato se convierte en una experiencia sensorial única. Comenzar con las ostras encevichadas con kimchi es un acierto absoluto: frescas, vibrantes y con el punto justo de picante que despierta el paladar. El tartar de vieira y bogavante eleva la experiencia a un nivel superior, combinando texturas delicadas y sabores marinos profundos. Pero si hay un plato que se roba todas las miradas es, sin duda, el huevo sobre parmentier trufada: cremoso, aromático y reconfortante, un verdadero homenaje a la cocina de autor. La atmósfera sofisticada y la atención impecable refuerzan la sensación de estar en un espacio donde cada detalle importa. Salí con una certeza: este es un lugar al que se vuelve, porque siempre queda el deseo de revivir esa magia gastronómica.

Alejandro Martin Rodriguez Yic • Google

Todo es perfecto desde la combinación de sabores, la atención y el lugar. Super recomendable. Elegimos la opción de tapeo para 2 y quedamos super satisfechos y pudimos probar varias opciones locales. Buen merecida la estrella Michelin...

Carla V. • Google

¡Un gran descubrimiento! Comida muy rica, servicio atento y servicial, buen ritmo entre plato y plato y local bonito con buen ambiente. Probamos la croqueta de boletus con velo de panceta, la croqueta de carne rustida y foie, los buñuelos de bacalao, el huevo mar y montaña, el nem de papada crujiente (ojo, pica un poco) y el cheesecake de 4 quesos. Todo buenísimo. Repetiremos :)

Carlota Rubio Esteve • Google

Todo ESPECTACULAR. Relación calidad precio inmejorable. Estaba todo riquísimo. Los camareros super atentos y agradables. Los recomiendo 100%. Ganas de volver!

Aaron Beade Aguilar • Google

Taberna de alta cocina donde la excelencia en la materia prima y la creatividad en la propuesta gastronómica destacan en cada plato. La selección de ostras es sobresaliente y altamente recomendable. Las croquetas, aunque bien ejecutadas, quedan en un segundo plano en comparación con el nivel general de la cena. La ensaladilla ofrece un giro innovador sin perder su esencia clásica. El huevo es una elección imprescindible, con una combinación de texturas y sabores que invita a disfrutar hasta el último bocado. El Nem sorprende gratamente con su equilibrio entre frescura y potencia en el interior. Los postres cierran la experiencia de forma impecable, manteniendo el alto nivel del menú. La única observación, desde un punto de vista subjetivo, es la iluminación, que podría ajustarse para crear una atmósfera más acorde con el concepto del local. Sin embargo, esto no empaña una experiencia gastronómica excepcional que, sin duda, invita a repetir.